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Espero que disfruten algo de lo que ire subiendo poco a poco a este espacio, donde podremos intercambiar ideas y compartir nuestros pensamientos docentes!!

martes, 13 de octubre de 2009

La Aventura de ser Docente



Completamente de acuerdo con el autor, ya que solo al pasar del tiempo y de caer en errores y corregirlos uno aprende a ser profesor. Me paso a mi cometí tantos errores, que hoy que me acuerdo ya nos los cometería.

Esto me recuerda a los docentes que no les gusta su profesión suelen aburrirse en sus clase y viven frustrados.


Yo no fui profesor de carrera y mi ansiedad y mi ambición por serlo me hizo ensayar y ensayar.

Mas en mi área, la tecnología avanza día a día y uno tiene que prepararse más para que un alumno no lo agarre en una mentira, yo prefiero decir déjame investigarlo, tampoco soy una experta en todo, pero con gusto lo vemos en la próxima clase.

La libertad de estar en clase con seguridad en mí mismo, con un buen conocimiento de lo que se puede y lo que no se puede hacer en una clase Esa LIBERTAD sabe a felicidad! me refiero la felicidad de sentirte útil, satisfecha con mi trabajo y con lo que he logrado

Siempre en constante movimiento: Los maestros. En espera de algo nuevo todos los días, de ver como nuestros jóvenes avanzan o retroceden, las sorpresas de esta profesión siempre serán eso sorpresas.

Esa atmosfera mágica de la que habla, es muy difícil de conseguirla, pero una vez que estas en ella la relación alumno-docente es una especie de esfera de navidad, brillante, hermosa y que debe de disfrutarse y no dejarse caer, por que se rompe y empiezan las desilusiones por las dos partes. En lo personal yo me inclino mucho por la comunicación, se me complica a veces pero mi carácter me ha ayudado bastante.

A veces nos toca repetir lo mismo en varias ocasiones en un día, pero a pesar de que yo tengo planeada mi clase y la actividad, en algunos grupos no la aplico diferente porque según tuve resultados en un grupo mi mente luego luego empieza pensar en cambiar algo, ya sea porque no me gusto o porque no funciono. No hay mas, hay que renovarse continuamente.

La alegría, esa es mi felicidad, esa es la recompensa de la que habla el autor, creo que somos muy pocos docentes que disfrutamos esta alegría, por lo menos lo siento así en mi centro de trabajo, ya que nos preocupamos muy pocos por esta alegría de renovar nuestra acción pedagógica.


Este es el objetivo: ser maestros de humanidad... a través de las materias que enseñamos, o quizás, a pesar de las materias que enseñamos; recuperar y transmitir el sentido de la sabiduría; rescatar para nuestros alumnos, de entre la maraña de la ciencia y la cultura, el sentido de lo fundamental permitiéndoles entenderse a sí mismos y explicar el mundo que les rodea.

El más grande reto de un profesor novato, totalmente de acuerdo solo el pasar de los años nos da esa firmeza y seguridad como docentes.
Ese es el principio de una mala docencia, creo que eso se llama prepotencia, no obstante la hay, los profesores que se siente superiores, nunca bajaran del cielo, hasta que se den cuenta de que así no se puede vivir o trabajar con alumnos jóvenes.


Lo único verdaderamente importante son los alumnos, Nuestro pan de cada día, si no pensamos así, nuestra enseñanza no será recompensada, ya que recordemos que debemos trasmitirle a ellos nuestros más profundos conocimientos y valores.


Como lo he estado comentando, la comunicación es vital en este proceso enseñanza-aprendizaje.


Recordemos que todo esto que menciona el autor es comunicación, hasta una mirada puede trasmitirle a nuestro alumno muchas cosas, recordemos que ellos están a la espera de nosotros y esos detalles hay que cuidarlos.


Volvemos a lo mismo, el tiempo solo te da esa experiencia, y nosotros sabremos como traducir esos gestos de nuestros alumnos, y trataremos de evitar cada empatía que se nos presente, preparándonos, estar siempre en movimiento constante.


Cuando empecé a dar clases recuerdo que ese era una de mis mayores ansiedades, la disciplina. Tenía un grupo indisciplinado y mi novatez pues nunca lograba terminar la clase bien. Recuerdo que ese mismo grupo cuando estaba en quinto semestre se convirtió en uno de mis grupos que más recuerdo ya que estaban muy apegados a mí.


El razonamiento y el diálogo son las mejores armas, junto con el convencimiento de que los alumnos no son enemigos de quienes tienes que defenderte. Mi experiencia me dice que los alumnos son seres esencialmente razonables; es posible que, si te dejas, intenten llevarte al huerto y bajar algo tus niveles de exigencia, pero si la razón te asiste y en ella fundas tu propia seguridad, los alumnos saben descubrir muy bien cuáles son los límites. Me encanto esta parte de la lectura, después de que los haces razonar, ellos saben por dónde caminar y esa indisciplina desaparece, hoy se que el dialogo es mi mejor arma.


Odio que nos llamen pobresores, cuando no entienden que la riqueza de los profesores esta en ese orgullo de saber que jóvenes están en nuestras manos y que daremos lo mejor de nosotros por sacarlos adelante.



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